¿Y si Prometeo fuese sólo un hombre que se dice Titán? Alguien que cuenta su historia a los hombres como a él le parece, y que es creído por estos sin rechistar, deslumbrados por su fuego robado. Un fuego tan prometedoramente benefactor (como las farmacéuticas y las máquinas) que no dudan en dejarse esclavizar por él. Un Prometeo ruin, ambicioso y mentiroso que no duda en engañar a los dioses y a los hombres, robándoles el fuego a unos y vendiéndoselo a los otros.
Bajo el enfoque de esta idea, la mecánica de la aventura podría ir más hacia las conversaciones: Engañando a los hombres con sus historias, excusándose ante los dioses en su juicio, y conversando consigo mismo el resto del tiempo.
Sólo otra idea más :)