Para ser un juego desarrollado en PICO-8, se ve realmente genial. La estética retro tiene un encanto especial, pero lo que lo hace destacar es la increíble calidad visual que se logra dentro de las limitaciones de la plataforma. La banda sonora también está muy chula, con melodías pegajosas que acompañan perfectamente la acción y el ritmo del juego.
Una de las características que más destaca es la gran cantidad de enemigos, lo que puede resultar agobiante en ciertos momentos. Sin embargo, este desafío añade una capa extra de emoción y tensión, manteniendo al jugador siempre alerta y comprometido. Es un juego que no se debe perder de vista, ya que es increíblemente divertido y cada momento está lleno de sorpresas y retos que lo hacen adictivo.