Si satanás hiciera un juego creo que sería parecido a este. Cuanta carne y pinchos, cuantos monstruitos, qué música mas perturbadora. Me encanta.
El apartado gráfico, con la plastilina y demás, es brutal. La idea del juego también es muy buena y los controles se sienten bastante bien. Hay cosas que puliría, por ejemplo que todos hagan las bocas en el mismo orden - no le veo mucho sentido a que lo hagas bien, cojas una sonrisa y le pongan la siguiente al que lo estaba haciendo mal -. O que en ocasiones te merezca mas la pena suicidarte que hacerlo bien porque te deja cerca - y también penaliza mucho la muerte-.
Eso si, tiene personalidad propia, es muy divertido y empujar es una sensación super satisfactoria. Una joyita. Buen trabajo!