¡Buenas, Martín! La verdad es que esperaba un juego de ajedrez con nazarenos y poco más, pero me he llevado una muy grata sorpresa no solo por unos puzzles entretenidos sino por los pequeños detallitos desternillantes escondidos en los propios escenarios y en las descripciones generadas al azar de cada penitente (El que vende leche normal como sin lactosa debe ir a la cárcel).
Me ha encantado la originalidad de la propuesta, y vería factible ampliar el concepto a futuro con más niveles.
P.D.: Grande la referencia a Pazos.