Así es como me siento a menudo entre el insomnio, el cansancio crónico, la barrera idiomática y cultural de vivir en un país extranjero, el desarraigo, la dificultad para entablar relaciones significativas, y el trasfondo apocalíptico al que nos enfrentamos día a día. Vas adaptándote al desastre, resignándote, dejando que la marea te coma un trozo más de vida, o dando un pequeño paso (hercúleo) que aún puede abrirte y conectarte con el mundo, por insignificante que pueda ser.
Es una metáfora poderosa y los detalles (los problemas prácticos que entraña morir cada día de formas bastante repugnantes) son imaginativos e interesantes.
Creo que hoy intentaré escribir algo o interrelacionarme con el personal local. Gracias , EJoyce por la sacudida.