Mil maneras de matar el amor. Un juego muy bien trenzado pero sin final feliz ( a mí me gustan los desenlaces felices) en el que contemplamos cómo un matrimonio languidece hasta la muerte o muere por languidecer (Y espero, autor, que no refleje tu situación). Es interesante comprobar los cambios de color en función de los derroteros que toma la historia. La verdad, me ha impresionado la falta de fe en la humanidad del relato, no me extraña que más de uno diga que le gusta, le encanta la figura del taxista.
En fin un relato corto, muy rejugable, con varios finales uno peor que otro hasta donde he visto, jugable solamente en un día soleado si no quieres acabar abrumado y deprimido.
-Jade.