¡Buenas, Muzgar! Dicen que la risa es la medicina del alma: si fuera cierto, creo que me mantendré sana durante todo lo que queda de año. Con una premisa sencilla y una presentación humilde, demuestras que hasta un juego hecho con RTP puede ser disfrutable. ¡Vamos al lío!
La narrativa es, sin duda alguna, el punto fuerte del juego. Es simple y carece de la profundidad que podemos esperar de otras historias, pero no necesita más: la dinámica de los personajes, bien carismáticos, ya de por sí suple toda simpleza o «cliché» que podamos encontrar.
Hacer humor es mucho más difícil de lo que parece, pero tú has demostrado, con un humor sencillo y cotidiano, que tienes un talento especial para sacarle partido: utilizas la absurdez, la empatía y la sorpresa (elementos esenciales para el humor, si se mira desde un prisma muy básico) para provocar unas buenas carcajadas. Lola nos causa empatía con su desgracia, y los chascarrillos de Beatriche juegan con la sorpresa y la absurdez (aunque esto último forma parte del tono general del juego). Y son, sin duda, chistes atemporales, que no envejecen.
Si tengo que ponerle alguna pega a tu juego es, sin duda, la brevedad. Es cierto que con gráficos y sonido propios (o simplemente recursos no tan vistos) el juego habría sumado muchos más puntos en su propia presentación, pero creo que el hecho de que esté creado con RTP tiene cierto sentido dado el tono general. Aun así, no es algo por lo que pueda darte demasiada puntuación, me temo.
En resumen: te mandaré la factura de mis medicamentos para la garganta. Una no puede reírse tanto y salir ilesa.
¡Un saludiño!