Usar una cámara libre en espacios cerrados en un juego de jam es bastante valiente y un poco locura, pero estos fallos en la cámara no le quitan la diversión. El jefe final me ha parecido un poco decepcionante porque podías atacarlo desde detrás de las puertas que daban acceso a la zona en la que estaba y, al ser tan grande, no tenía suficiente espacio para golpearte. He pasado más tensión cuando se me juntaban varios enemigos normales. El juego transmite perfectamente la sensación del protagonista borracho por las físicas ragdoll y los controles. Como punto negativo tengo que decir que no he muerto, y un souls sin morir no es la misma experiencia, jajaja. Aunque no se si esto es más culpa vuestra o mía.
Buen trabajo, ha quedado un juego bastante divertido!!