Muy divertido. De hecho, me he picado con el juego. Tiene buenos power ups y el concepto está bien planteado. El hecho de que haya un objetivo que evitar hace que realmente la espada láser sea "demasiado larga", siendo una ventaja y una desventaja al mismo tiempo. Muy jugable.
Fulk
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Interesante idea de RPG por turnos con muy buen sentido del humor y cierto estilo roguelike (al tener objetos aleatorios en los cofres) que me recuerda a leyendas como la de Cohen el Bárbaro. Que el luchar consuma niveles en vez de darlos es una buena analogía de la vejez y sus problemas. El control de la cámara, no obstante, con el puntero del ratón sin ocultarse y saliendo de la pantalla, hace que sea bastante horrible investigar las mazmorras.
Después un rato intentando (y fallando) no ser aplastado por rocas (que en realidad te hacen más alto contra todo pronóstico), el juego se acabó sólo. Leyendo comentarios descubrí que el objetivo era atacar al orbe amarillo después de hacerte pequeño atacando los orbes rojos. Con eso en mente, fue muy sencillo. Realmente una explicación previa hubiera sido genial.
El juego me ha sacado una carcajada cuando he entendido de que iba. El perro de verdad es "demasiado largo", y eso es lo que le da toda la gracia al juego. Genial estética e innovación, uno se queda con ganas de más. La única queja es que el perro se tiende a atascar si la curva es muy pronunciada, pero eso le añade un punto extra de dificultad/valor añadido que no tengo claro si es buscado o no. Muy bueno.
La idea es adorable, y aunque las animaciones del personaje son algo rudimentarias hacen lo que tienen que hacer. Los niveles y escenarios estan bien integrados, y no parecen plataformeo forzado. Los controles del mouse a la hora de estirarse se atascan de vez en cuando, pero de alguna forma "se arregla solo".
El sistema de acelerar y frenar se hace demasiado lento para reaccionar a los peligros. Tampoco veo ninguna razón para no soltar absolutamente todos los vagones en cuanto aparecen, ya que lo único que hacen es estorbar a la locomotora y no hay penalización por ello, por lo que el tren nunca llega a ser "demasiado largo": más bien al revés.